Desafíos y soluciones en la lucha contra la desinformación
11/03/2024 Docheck
Los miembros de DoCHECK! realizaron un estudio de campo basado en focus groups para analizar el grado de conocimiento de los jóvenes, docentes y padres sobre la desinformación a la que están expuestos los adolescentes
En un esfuerzo por comprender el grado de sensibilización ante el reto de la desinformación, los miembros del proyecto DoCHECK! llevaron a cabo un estudio del que surgieron reveladoras conclusiones. Este trabajo de campo, realizado a partir de seis focus groups en cada uno de los países de los socios, tenía como objetivos principales descubrir el nivel de comprensión de la desinformación por parte de los participantes, además de identificar sus canales de consumo mediático preferidos y cuáles eran las formas de evaluar la veracidad informativa.
Las sesiones de los focus groups no solo ayudaron a recopilar datos valiosos para generar nuevas herramientas educativas en alfabetización mediática, sino que también sirvieron como recurso para crear un análisis colaborativo que servirá como base para generar soluciones al problema de la desinformación.
En ese sentido, se manejaron cuidadosamente las dinámicas de poder y se alentó la participación equitativa, aunque se observó una leve prevalencia masculina en algunas instancias. Los esfuerzos se centraron en tratar de generar una conversación que invitara a todos a participar por igual en los debates propuestos, creando un ambiente propicio para la interacción grupal.
Las discusiones revelaron una brecha generacional palpable, con jóvenes considerándose menos susceptibles a bulos que sus contrapartes mayores. Sin embargo, tanto adultos como jóvenes compartieron percepciones alineadas en ciertos temas, desdibujando las distinciones entre estos grupos. Aunque los adultos expresaron preocupación por la exposición de los jóvenes a la desinformación, reconocieron la preparación significativa de la juventud en el manejo de plataformas digitales y frente a los desafíos que presenta la desinformación.
La credibilidad de las redes sociales fue cuestionada, con escepticismo hacia su fiabilidad como fuente de información. A pesar de ello, los participantes mostraron interés en recibir formación sobre pensamiento crítico y herramientas a través de las cuales se pueda evaluar el contenido audiovisual en plataformas como TikTok. Las preferencias en el uso de las plataformas variaron según la edad, destacando la necesidad de enfoques educativos diferenciados.
La comprensión de las motivaciones detrás de la desinformación fue compleja, desde la búsqueda de fama hasta intereses económicos y políticos. La proximidad a temas personales aumentó la percepción del peligro de la desinformación, resaltando la intersección entre emociones y el procesamiento de la información.
Los participantes identificaron la necesidad de integrar la alfabetización mediática y clases de pensamiento crítico en las escuelas, subrayando, además, la importancia de la formación docente. A pesar de ello, admitieron limitaciones en su consumo mediático, revelando la paradoja de buscar mejores habilidades críticas mientras enfrentan barreras en la diversificación de fuentes.En conjunto, los resultados del estudio realizado a través de estos focus groups proporcionaron una visión rica y matizada de la percepción de la desinformación, generando no solo desafíos sino también soluciones tangibles para avanzar hacia una sociedad más informada y conectada.